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El Show De Cuphead: Un gran show, pero…¿Dónde está la empatía?

Ambientada en los años 30, con música de época, un diablo que roba almas y dos hermanos que no paran de hacer travesuras…esto es sólo un poco de todo lo que hay en El show de Cuphead, la serie basada en un videojuego que brilla por su humor y por estimular la imaginación del público.

Más allá de esto, es importante indagar qué tipo de aprendizajes ofrece este show para los niños ¿Cómo resuelven los personajes sus problemas? ¿Qué ocurre con el tema del abandono?

El show de Cuphead es una serie inspirada en un famoso videojuego y se basa en las travesuras cotidianas de Cuphead y Mugman, dos hermanos con forma de taza que viven en las Islas Tintero junto a un adulto mayor: Don Tetera. 

Apenas escuches la intro, te vas a dar cuenta de que verás una serie potente: impacta por su música, su estética estilo años 30 y la pasión de sus protagonistas por vivir aventuras disparatadas.

Sus personajes tienen fuerza, gracia y carisma. No está clara su edad, pero poseen intereses propios de la niñez y la adolescencia, lo que es algo habitual en los dibujos animados: la presencia de personajes que pueden aparentar ser adultos, pero que contienen rasgos identificables con chicos y chicas, como la inocencia, la rebeldía, la amistad, la búsqueda del entretenimiento. Algo similar ocurre con la serie Bob Esponja

Incluso, El show de Cuphead hace referencia a momentos memorables de la niñez. ¿Quién no recuerda la caída de su primer diente de leche? Colocarlo debajo de la almohada para que el ratoncito Pérez te trajera un premio. 

En el episodio 4 “Con cuidado” a Mugman se le cae su primer diente, sin embargo, por tratarse de una taza, la historia habla de la “caída de la primera manija”. 

Estos hermanos son muy diferentes entre si, pero eso no impide que formen un gran equipo: Cuphead es osado, rebelde y ambicioso, mientras que Mugman es sereno, sensible y cariñoso. 

Podría decirse que Cuphead tiene características que tradicionalmente la sociedad le impuso al género masculino, mientras que Mugman muestra otras formas de de ser varón, con rasgos que históricamente se han impuesto al género femenino. 

Esto resulta positivo en la serie porque contempla que se puede ser varón de distintas maneras y que estas diferencias entre los hermanos no impiden que forjen un gran vinculo y salgan a entretenerse juntos. 

Sin embargo, no todo es diversión para ellos, ni tampoco la vida resulta siempre armoniosa para los habitantes de las Islas Tintero: ¡Una fuerza maligna y oscura acecha por estas tierras! Ahora. ¿Que postura tienen los personajes frente a esto?

ATENCIÓN: ficción y videojuego no son los mismo

Llegó el momento de hablar de EL VILLANO de la serie. Y no es cualquier villano: es un auténtico Diablo que les roba las almas a los habitantes del pueblo. ¡Nadie puede distraerse porque enseguida aparece él y pierdes tu espíritu!

Una crítica que puede hacerse es que en sus primeros episodios, el programa no logra comunicar esta secuencia de manera efectiva para el público infantil:  

Por ejemplo, se ve que algunos de los personajes recuperan su alma robada, sin embargo ¿Qué sucede con quienes no lo logran? Para el ojo del espectador estos personajes quedan inconscientes, sin que se llegue a comprender si están muertos o adormecidos. 

Además, en la trama estas muertes aparentes no tienen consecuencias para los demás personajes, en el sentido de que nadie elabora lo sucedido. Nadie sufre, nadie duela.  A veces los personajes se desechan como si fueran un descarte de basura.

Esto quiere decir que El show de Cuphead contiene temáticas complejas para las infancias (como la muerte) y que por el modo en que son relatadas, no se toma en cuenta que hay niños frente a la pantalla.

¿Por qué es importante hablar de esto? Porque una cosa es un videojuego y otra cosa es una serie, donde hay historias, contextos, sentimientos, personajes con quienes el público se identifica: por similitud, por aspiración o por oposición. Es decir, la ficción tiene una función emotiva que el videojuego no tiene. Por eso, no se trata de evitar los conflictos en las historias, sino de desarrollarlos de una manera responsable y empática para las infancias.

¡Hay que deshacerse del molesto!

Un problema frecuente en las series infantiles es que las producciones aspiran a gustarle a todos: a chicos y a grandes. Buscan abarcar el mayor público posible, eso hace que en ocasiones se utilice un humor que puede ser efectivo en adultos, pero nocivo para la vida social de niños y niñas

En el episodio 2 “Cuidar al bebé” los hermanos Cuphead y Mugman encuentran un bebé abandonado en la puerta de su casa. Al principio, intentan hacerse cargo, pero el bebé es extremadamente travieso y se sale de control. Ante esto, la única solución que hallan es abandonarlo en la casa de otra persona. Así finaliza el capítulo.

La serie pretende hacer “humor” con la idea de “es tan molesto que nadie lo quiere”. Como si no hubiera otra forma de salir de ese embrollo más que volverlo a abandonar. ¿No se podía encontrar una solución más integradora y empática? Parece que en la serie esto no se contempló.

Finalmente, te darás cuenta de que El show de Cuphead apunta al entretenimiento, mediante las travesuras de sus protagonistas, pero no plantea maneras de resolver los conflictos con enseñanzas para el público infantil

Sin embargo, eso no quiere decir que no haya que mirarla. El show de Cuphead tiene características que la hacen adecuada y otras que no y es tu derecho obtener esta información para que decidas si prefieres acompañarlos cuando este show aparezca en el smart de tu hogar.

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